Europa sí importa y mucho para España, aunque los políticos sólo vean estas próximas elecciones al parlamento de Estrasburgo en clave nacional. Sería absurdo hacer abstracción de la que está cayendo en España para que la próxima cita electoral no sirviera de termómetro para comprobar si hay voto de castigo ante la errática política del Gobierno de Zapatero y si por fin Rajoy es alternativa, pero nos jugamos en Europa mucho más de lo que la gente se imagina.
No estamos hablando de política institucional, libertades y derechos, sino de dinero. Estamos en pleno proceso de aplicación de un presupuesto que inició su andadura en 2007 y que abarca hasta 2013. España ha perdido el 50 por 100 de los fondos que venía percibiendo de la UE por el alza del nivel de vida de los últimos años, pero si ahora se hicieran las cuentas quizá las cosas fueran diferentes.
España tiene asignados para este periodo 32.507 millones de euros de los fondos estructurales y de cohesión, que se reparten sobre todo entre Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Galicia. La incorporación de los países del este de Europa ha producido un ficticio efecto riqueza frente a nuestros vecinos europeos que hoy la crisis y el paro ha vuelto contra nosotros. Aceite, leche y vino, puntales de nuestra economía agraria, siguen en el ojo del huracán. Por eso Europa es importante y el voto del 7 de junio también.
Artículo publicado en el diario La Razón (Madrid) el 28 de mayo de 2009
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