La actividad del transporte de viajeros y mercancías de Renfe en 2009 supuso un ahorro para la sociedad de 2.240,4 millones de euros, si se evalúa en términos económicos el impacto sobre el cambio climático, la contaminación y la tasa de accidentes que habría tenido realizar este transporte por otros medios, como el avión, el camión o el automóvil. De no haber circulado los trenes de Renfe en 2009, habrían circulado 299 millones de automóviles, 454.000 camiones y 82.000 aviones más de lo que lo hicieron el pasado año. Estos son los datos del estudio de ahorro de costes externos generados por Renfe en 2009.
La parte más importante de este ahorro se la llevan los servicios de Cercanías (817,4 millones de euros), seguidos de los de Mercancías (649,2 millones), Alta Velocidad-Larga Distancia (571,5 millones) y Media Distancia (202,3 millones).
En cuanto al origen de estos ahorros, los diversos servicios de Renfe han evitado al cambio climático unos costes evaluables en 806,5 millones de euros (35,9%); a los accidentes, de 515,3 millones (23%); a la contaminación atmosférica, 492,9 millones (22%); a la contaminación acústica, 134,4 millones (6%), y a otros efectos, 291,3 millones (13%). En esta última partida se incluyen efectos urbanos, efectos sobre el paisaje y la naturaleza, ocupación y fragmentación del suelo y otros efectos inducidos.
La importancia del tren en entornos metropolitanos
La importancia de esta aportación de Renfe a la sostenibilidad del sistema de transporte puede observarse más de cerca si se atiende a servicios concretos. Es el caso de servicios en entornos metropolitanos donde la actividad diaria del transporte de viajeros es muy intensa. Los más de 1.000 trenes diarios que Renfe pone en circulación en el núcleo de Cercanías de Madrid, con un volumen anual de viajeros cercano al millón, evitaron en 2009 más de 136 millones de circulaciones de automóviles en la Comunidad de Madrid.
El impacto económico por costes externos se traduce en un ahorro de 136,3 millones por cambio climático, 83,3 por contaminación atmosférica, 87,1 por accidentes, 22,7 por contaminación acústica y 49,2 por otros efectos urbanos, sobre el paisaje y la naturaleza, ocupación y fragmentación del suelo y otros efectos inducidos.
Los datos de la alta velocidad
También es significativa la aportación de Renfe a la sostenibilidad al analizar servicios de transporte interurbano de larga distancia. Sirve de ejemplo la conexión de alta velocidad entre Madrid y Barcelona. Entre estas dos ciudades – punto a punto, sin considerar todo el corredor que pasa por las provincias de Guadalajara, Zaragoza, Lérida y Tarragona – se desplazaron 2.670.000 viajeros durante 2009 a bordo de los trenes AVE.
El impacto económico por costes externos se traduce en este caso en un ahorro de 31,9 millones por cambio climático, 19,5 por contaminación atmosférica, 20,4 por accidentes, 5,3 por contaminación acústica y 11,5 por otros efectos urbanos, sobre el paisaje y la naturaleza, ocupación y fragmentación del suelo y otros efectos inducidos.
Aplicada la metolodología estándar de sustitución modal de este estudio, la circulación de los trenes AVE habría evitado en 2009 la circulación de 1,7 millones de automóviles y 9.500 vuelos entre Madrid y Barcelona. El cálculo en este caso aporta datos muy conservadores, puesto que la cuota de mercado del AVE respecto al avión en este corredor, uno de los más densos del mundo en tráfico de viajeros, se sitúo al cierre de 2009 en un 48,8%.
Cabe señalar también la diferencia de emisiones de CO2 por viajero en este trayecto Barcelona-Madrid, de unos 70 kilogramos si se viaja en avión (el peso de una persona) y de unos 13 kg si se viaja en AVE (el peso de su equipaje).
Las previsiones de Renfe indican, además, que la progresiva mejora de la eficiencia energética de sus trenes permitirá alcanzar en 2020 una reducción de sus emisiones de CO2 por Unidad Transportada (viajero o tonelada) del 57% respecto a 1990, año base de medición del Protocolo de Kioto.
Las ventajas que aportan grandes volúmenes de carga
El papel de los trenes de Mercancías y Logística también resulta clave en la aportación de Renfe a la sostenibilidad medida a través del ahorro de costes externos. La cifra alcanza los 649,2 millones de euros, de los cuales el impacto sobre el cambio climático supone la mayor parte del ahorro (233,7 millones) seguido de la contaminación atmosférica (142,8) y de la accidentabilidad (149,3), la contaminación acústica y otros efectos. Los trenes de Renfe permiten estos ahorros al haber evitado la circulación de unos 454.000 camiones por las carreteras españolas.
Las ventajas medioambientales de los trenes de mercancías son muy significativas si se toman como ejemplo circulaciones con grandes volúmenes. De acuerdo con la herramienta de cálculo Ecotransit, un tren cargado con 190 vehículos entre Madrid y Barcelona emitiría un 80% menos de dióxido de carbono (CO2, gas de efecto invernadero) a la atmósfera que los 19 camiones (10 vehículos por camión) necesarios para transportar la misma carga. En el caso del consumo de energía primaria ese tren ahorraría hasta un 70%.
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