El desapego de nuestros políticos por la economía real raya en el insulto a la sociedad. Las últimas declaraciones de Zapatero en el Congreso –afirmando “que si esto no es mejorar que venga Dios y lo vea”– serían obscenas si no nos tuviera acostumbrados a estas salidas. La macroeconomía está devorando la economía real. Acostumbrados al incremento del paro, no hay ninguna reacción en la sociedad ante este gota a gota que llena estadios todos los meses. Basta una décima de crecimiento en un trimestre para echar las campanas al vuelo y parece Jauja si se colocan Letras del Tesoro a un precio menos malo que el anterior.
Zapatero ha convocado en La Moncloa a los presidentes de las empresas del Ibex, ninguno de los cuales baja del millón de euros de retribución. Antes, se reunirá con Toxo y Méndez, dos probos funcionarios acomodados en la subvención, que sirven para aplaudir la errática política del Gobierno y para montarle una huelga general. Miles de autónomos y pymes siguen desapareciendo y la ruina de muchas familias forma parte del paisaje urbano. Pío Baroja podría completar su trilogía de “La busca”, “Mala yerba” y “Aurora roja” con las mismas escenas de miseria de principios del siglo XX en este final de etapa agónico de ZP. Roban hasta los pomos de las puertas para hacer caja, mientras los gurús de cinco tenedores venden sus recetas al mejor postor.
En un reciente artículo muy comentado el ex ministro Boyer, que ha pasado de los salones de González a los de Aznar, y ahora recala en los de Zapatero, mantiene que la solidez de la economía es mayor de lo que pretenden los analistas superficiales, los catastrofistas natos y los especuladores que apuestan al desastre. No es de extrañar que, con estos asesores que se bañan en Chanel nº 5, ZP esté convencido de que vivimos en el mejor de los mundos. Si no, que venga Dios y lo vea.
Artículo publicado por Jesús F. Briceño en el diario LA GACETA (Madrid), el día 19 de marzo de 2011
http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/opinion/asesores-chanel-n%C2%BA-5-20110318
Confieso que soy incapaz de sumar la ingente cantidad de dinero que los americanos han anunciado para combatir la crisis económica y sanear las entidades de crédito. Primero fueron 700.000 millones de dólares, luego otras cantidades de cientos de miles y ahora un billón más. La única diferencia es que los primeros planes eran muy difusos y ahora Obama, a través del secretario de Estado del Tesoro, Timothy Geithner, ha desvelado algunos detalles dando entrada a inversores privados en la operación de rescate de activos tóxicos. En España hemos pasado de un discurso oficial en el que se insistía en la excelente calidad de nuestro sistema financiero a una actitud dubitativa en la que tanto miembros del Gobierno como representantes cualificados del sector dejan caer que puede ser necesaria alguna medida excepcional.
Tras los apocalípticos mensajes de Obama y Zapatero hay que dar gracias a Dios de que la economía, aunque de forma renqueante, siga funcionando. Bancos y tiendas abren cada día y, aunque con restricciones, atienden a los clientes y despachan sus productos. Los atascos siguen formando parte del paisaje urbano y Madrid se prepara para tres grandes ferias de arte con todos sus hoteles llenos. Casi podríamos decir que la vida, a pesar del Gobierno, sigue su curso. Los políticos lanzan billones de euros o dólares con la mayor naturalidad y cada vez apelan más al esfuerzo colectivo lo cual no es más que reconocer el fracaso propio en su alocada carrera contra la crisis. Si fuera verdad -y ojalá fuera así- el éxito de todos los planes y medidas que ayer citó Zapatero en el Congreso viviríamos en el mejor de los mundos a partir de marzo. Las pymes, las familias, las empresas, los parados, la banca…, todos verán colmadas sus aspiraciones. Por contra Timothy Geithner, nuevo secretario del Tesoro en EEUU, dice que estamos ante una crisis de confianza, de capital, de crédito, de consumo y de demanda… y que las medidas que se proponen agotan ya todo el arsenal disponible.
Día de gran intensidad en noticias económicas, aunque como en el cuento infantil de Las tres hijas de Elena… ninguna era buena. Ni siquiera la bajada del IPC o del precio de los pisos se ven ya como noticias positivas, que lo son, sino como un síntome de profundización en la crisis que añade aún más preocupación si lo contrastamos con las cifras del paro. Siguen las malas noticias sobre la solvencia de nuestra economía: la agencia de calificación crediticia Standard & Poor’s advirtió del riesgo de que las economías de España, Irlanda, Grecia y Portugal, sufran una «aguda corrección» por la dificultad, en el actual entorno, de obtener el flujo de capital necesario para financiar sus desequilibrios a un tipo de interés atractivo. Las recientes acciones negativas sobre las calificaciones soberanas de España, Grecia, Portugal e Irlanda reflejan el alto grado de susceptibilidad de sus economías a un endurecimiento de los canales externos de financiación. Por su parte, la agencia de calificación crediticia Fitch cree que la deuda conjunta de las Comunidades Autónomas podrían alcanzar el 1% del PIB español para 2009. Fitch no descarta que este porcentaje sea mayor ante el deterioro de la economía y la presión del gasto público.

Comentarios recientes