La caída del paro en veinte mil personas es una buena noticia y el incremento de afiliados a la Seguridad Social lo es todavía mejor tras la debacle provocada por la pérdida de más de un millón de cotizantes en un año, pero aún muy lejos de que estas cifras se conviertan en brotes verdes. El Plan E no es más que la creación de empleo a la cubana a través de una contratación subvencionada y con la misma facilidad con la que se generan se destruirán a la vuelta del verano.
El verdadero artífice de la creación de empleo es el PIB, ese indicador que refleja la creación de riqueza y, por desgracia, no sólo no crece sino que retrocede a ritmos alarmantes. La caída interanual del PIB según datos del Banco de España está en el 4% al cierre del segundo trimestre, lo que significa que se mantiene la tendencia contractiva de la economía. Si estos datos se confirman por la Contabilidad Nacional el próximo 27 de agosto, quedan pocos argumentos para echar las campanas al vuelo.
Como en la famosa serie de TV, sin PIB no hay paraíso porque sólo la generación de riqueza que refleja el crecimiento del Producto Interior Bruto crea empleo. El Gobierno de Zapatero comienza sus vacaciones con un pequeño respiro, pero septiembre se avecina caliente con los Presupuestos, el Diálogo Social y la ineludible foto con Obama.
Artículo publicado por Jesús Fernández Briceño, en el diario La Razón, el 8 de agosto de 2009
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