MAFO se ha convertido en látigo de la estulticia de Zapatero. Por muy constitucional que sea el sistema, bien por nacionalidad histórica o por autonomía de base, las CCAA pueden acabar devorando al Estado. El sistema, lejos de acercar el gobierno a los ciudadanos, ha multiplicado las instituciones, la burocracia, las empresas públicas, las televisiones, y, en general, alimenta al monstruo del déficit.
A pesar de que en 2011 las transferencias de los PGE a las CCAA serán menores, el volumen de dinero que van a administrar se va a duplicar respecto a 2010. Las autonomías tienen ya cedidos totalmente los impuestos sobre transmisiones patrimoniales, hidrocarburos y el juego; el 50 por 100 del IRPF; el 50 por 100 del IVA; el 58 por 100 de alcohol y tabaco; y el 100% del impuesto sobre electricidad. Además, van a recibir el año próximo más de 25.000 millones en transferencias del Estado. Y otros dos Fondos que se calculan al final del ejercicio, el Fondo de Garantía (5.200 millones) y el Fondo de Suficiencia Global (otros 8.000).
Pues bien, no es suficiente. La deuda de las CCAA se ha disparado un 26,5% hasta junio, superando los 104.000 millones de euros, de los que más de la cuarta parte corresponden a Cataluña. Podemos añadir los más de 36.000 millones que deben los ayuntamientos, de los que un tercio corresponde a Madrid. Si ya es difícil para el Estado apretarse el cinturón para cumplir la previsión de déficit del 6%, las autonomías gastan a manos llenas, con déficits que duplican el del Estado, como Cataluña (15,19), Baleares (14,5) o Castilla-La Mancha (13,7).
MAFO sólo ha puesto el dedo en la llaga al preguntar en voz alta ¿quién paga esta fiesta?, y recordar que de nada sirve la política de austeridad si con una mano derrochamos lo que ahorramos con la otra. A pesar de que la legislatura está agotada, bien podrían Zapatero y Rajoy plantearse un pacto de Estado sobre el futuro de las CCAA, antes de que no tengan Estado que gobernar.
Artículo publicado por Jesús F. Briceño en el diario La Gaceta (Madrid), el 7 de octubre de 2010
http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/opinion/quien-paga-fiesta
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