Los datos del paro hechos públicos en el día de hoy por el Ministerio de Trabajo e Inmigración (el número de parados registrados en las oficinas del Inem subió en 39.478 en abril hasta situarse en en 3.644.880 personas) ponen de manifiesto que la gestión de la crisis que afecta al empleo, tal y como alertó ayer la Comisión Europea, está siendo de mera complacencia con los datos: “este mes algo menos que el pasado”; enhorabuena, el que no se consuela es porque no quiere.
La USO quiere poner de manifiesto otro aspecto de la gestión de este Ministerio, que si en Trabajo suspende, en Inmigración va perdiendo a las personas o las está llevando de nuevo a la clandestinidad. Esto se pone en evidencia al contrastar los datos de la reciente EPA que arrojan un total de 1.057.600 extranjeros parados, frente a los 500.017 que contabilizan las cifras facilitadas hoy por el Ministerio de Trabajo e Inmigración.
¿Dónde está el más de medio millón de inmigrantes que faltan?, ¿qué atención están recibiendo? Esto para la USO pone en evidencia que las políticas sociales no llegan a los más necesitados, que sólo tienen la alternativa de buscarse la vida en la economía sumergida o en la beneficencia, ya que el inscribirse como demandante de empleo les puede llevar consigo la pérdida del permiso de residencia.
Esta situación, unida al conjunto de desempleados existentes que no perciben prestaciones, supone alrededor de 2 millones de personas de las que no se conoce ningún ingreso, lo que pone a España en el riesgo de una fractura social sin precedentes ante la que el Ejecutivo debería actuar de manera inmediata.
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