El presidente de Banco Santander, Emilio Botín, en la Junta General de Accionistas de la entidad, en la que se han aprobado las cuentas correspondientes a 2008 mostró su “completa confianza” en el futuro del Banco y destacó que “el Grupo Santander está saliendo claramente fortalecido de esta crisis”. Anunció que “el objetivo del Consejo del Banco para este año 2009, todavía más difícil que el anterior, es mantener el beneficio neto ordinario que el Grupo obtuvo en 2008, esto es, 8.876 millones de euros, y el importe destinado a retribuir a nuestros accionistas en dicho año, de 4.812 millones de euros”. En el primer trimestre, el banco obtuvo un beneficio de casi 2.100 millones de euros. Además, trasladó a los accionistas “impresiones muy positivas del Consejo sobre la evolución de los resultados en el segundo trimestre”. En coherencia con la política de dividendos, “el Consejo de Administración ha aprobado en un primer dividendo a cuenta con cargo a los resultados del ejercicio 2009 de 0,13 euros por acción, lo que supone repetir el primer dividendo a cuenta del año anterior”.
Respecto a las modificaciones en la regulación, indicó que “no creo que puedan garantizar por sí solas el cumplimiento de estos principios y, una vez más, la disciplina de mercado, como lo ha hecho hasta ahora, deberá seguir jugando un papel fundamental”. En cuanto a la supervisión bancaria, se refirió al hecho de que “los sistemas bancarios que han resistido mejor la crisis sean precisamente aquellos donde ha existido una supervisión bancaria más estricta y con una mayor capacidad de anticipación. La práctica de una inspección proactiva y físicamente presente en las entidades es algo infrecuente en otros sistemas de supervisión pero que ha demostrado su utilidad en España”, añadió, y recordó la “excelente labor” realizada por el Banco de España y el papel “decisivo” que ha jugado el establecimiento de las provisiones genéricas.
En este sentido, destacó que “es urgente reforzar, a nivel internacional, los sistemas de supervisión bancaria, recogiendo las prácticas que la crisis ha demostrado son más eficaces y promoviendo decididamente una mayor y mejor coordinación de los supervisores bancarios. No creo que, para alcanzar este objetivo, sea necesaria en Europa la solución de un supervisor único supranacional. Por el contrario, puede crear una lejanía poco aconsejable entre supervisor y supervisado. Estoy convencido de que la actuación de los grandes bancos internacionales a nivel global, a través de filiales con capital y fuentes de financiación propias, no debe suponer un mayor riesgo sistémico, siempre y cuando estén sujetos a los supervisores de cada uno de los países donde tienen presencia”.
El presidente de Banco Santander se refirió a la situación del sistema financiero español “que ha resistido mejor que otros los efectos de la crisis. Las necesidades de intervención pública –y consiguientemente su efecto para el contribuyente- han sido mínimas comparadas con las de otros países de nuestro entorno”. Además, indicó que “para mantener esta situación, sería deseable que si, en el futuro, fuera necesario algún tipo de intervención, ésta se hiciera con sentido de anticipación, caso por caso y mediante el correspondiente plan de reestructuración de la entidad que lo necesite, siendo el Banco de España el encargado de promover y tutelar estas medidas. El Banco de España debería tener en todo este proceso plena capacidad para actuar sin interferencias políticas”.
Emilio Botín centró la última parte de su intervención en su visión sobre el ejercicio 2009. “La economía mundial muestra un mejor tono desde la primavera. Esta mejora es especialmente evidente en EEUU y también en algunas economías emergentes de Asia y Latinoamérica. Hay algunos signos positivos que indican que las medidas de política monetaria y fiscal adoptadas están teniendo los efectos esperados. Y aunque con algo más de retraso, la economía europea también se beneficiará de un entorno más favorable y del cambio de tendencia que muestran los mercados financieros internacionales. En el caso de España, algunos indicadores apuntan a una cierta mejora que todavía es frágil. Para que nuestra economía pueda sumarse plenamente al próximo ciclo de recuperación internacional y logre alcanzar una velocidad de crucero comparable a la que teníamos antes de la crisis, es fundamental acometer entre todos las reformas necesarias para reforzar nuestra competitividad y capacidad de crecimiento”.
El presidente de Banco Santander finalizó su intervención antes los accionistas con un mensaje de confianza en el futuro del Grupo. “El Grupo Santander está saliendo claramente fortalecido de esta crisis. Nuestra fortaleza de balance, nuestro modelo de Banco y nuestra prudencia en riesgos son factores que nos han ayudado claramente a sortear las peores dificultades. Hemos sido capaces, al mismo tiempo, de seguir construyendo una base diversificada de negocio que nos ofrece amplias posibilidades de crecimiento futuro. No necesitamos, en absoluto, de nuevas adquisiciones para aumentar nuestros resultados. Disponemos de una base de capital que sostiene crecimientos orgánicos de nuestro negocio y la posibilidad de mantener, en el futuro y cualquiera que sean las circunstancias, la política del Banco de pago de dividendos en efectivo”.
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