BBVA obtuvo en el primer semestre de 2009 un beneficio atribuido de 2.799 millones de euros, cifra que aunque representa un descenso del 4,4% respecto a igual periodo de 2008 sin singulares, tiene un gran valor al haberse obtenido en un entorno económico y financiero muy complejo. Los elementos clave de la evolución de BBVA en el primer semestre fueron la fortaleza en la generación de resultados y de capital, la gestión prudente del riesgo y el fortalecimiento de su posición en todos los mercados en los opera. La capacidad del Grupo de generar resultados se manifestó claramente en el segundo trimestre de 2009, periodo en el que el Banco consiguió unos resultados trimestrales por encima de las expectativas, tanto en beneficios como en ingresos y eficiencia: El beneficio atribuido alcanzó los 1.561 millones de euros, un 5% superior al del segundo trimestre de 2008 y un 26,1% mayor al obtenido en el primer trimestre de 2009.
La recurrencia y sostenibilidad de los resultados de BBVA, así como el control de los activos ponderados por riesgo y su prudente política de dividendos, le han permitido seguir generando capital de forma orgánica: 0,70 puntos desde principios de año, prácticamente el nivel estimado para todo el ejercicio, con lo que su ‘core capital’ se elevó en junio hasta el 6,9% o al 7,1% en términos homogéneos con los competidores europeos. El ratio BIS se sitúa en el 12,2%. Por su parte, el estricto control de costes aplicado por el Grupo le ha permitido obtener una nueva mejora en eficiencia, indicador que se situó en junio en el 39,4%, 3,8 puntos mejor que un año antes, que le mantiene entre las entidades más eficientes del sistema.
El beneficio alcanzado por BBVA en el primer semestre se apoya tanto en la solidez y recurrencia de los ingresos del Grupo – el Margen de Intereses creció un 23,5% y el Margen Neto un 15%- como en el estricto control de los gastos, que disminuyeron un 1,6%, gracias a los planes de transformación implantados de forma anticipada, lo que ha permitido nuevas mejoras en la eficiencia. Además, BBVA mantiene unos adecuados índices de solvencia, con un alto nivel de generación de capital de forma orgánica, una buena calidad de su cartera crediticia y una excelente y confortable posición de liquidez. Y todo ello es lo que hace posible la sostenibilidad de este modelo en el tiempo.
BBVA siguió reduciendo las entradas netas en mora en el segundo trimestre –un 19,2% en el Grupo y un 29% en España y Portugal- y mantiene su estrategia conservadora en la compra de inmuebles, así como una prudente política de saneamientos y una amplia cobertura con provisiones y colaterales. La tasa de morosidad del Grupo se situó en junio en el 3,2%, un nivel que compara positivamente con la media del sistema. El índice de cobertura es del 68% con unos holgados fondos de cobertura dado el importe de provisiones genéricas y el valor de los colaterales.
Además, el Banco ha reforzado su posición en todos los mercados en los que está presente con un fortalecimiento de la relación con sus clientes como se demuestra en que ha ganado cuota de mercado en pasivo transaccional en sus tres principales áreas minoristas: España y Portugal, México y América del Sur.
Los principales indicadores de rentabilidad del Grupo mantuvieron al cierre del primer semestre niveles diferenciales que mejoran los registrados en marzo: la rentabilidad sobre recursos propios (ROE) es del 21,5% y la rentabilidad sobre activos (ROA) del 1,1%.
El beneficio atribuido de BBVA ascendió en el primer semestre a 2.799 millones de euros, cifra que supone un descenso del 4,4% respecto al resultado sin singulares del primer semestre de 2008. Si se tienen en cuenta los resultados singulares contabilizados en los seis primeros meses del pasado año (180 millones de euros netos), el beneficio atribuido del Grupo baja un 10%, a perímetro constante.
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