La espiral de incertidumbre que atenaza a la economía española ha atrapado a colectivos muy vulnerables en una trampa sin salida. Me refiero a parados, jubilados y pequeños ahorradores que habían puesto sus esperanzas en la renta variable. El pequeño inversor no es un especulador y suele comprar un número limitado de acciones que le permiten mejorar su pensión o hacer frente a gastos ocasionales gracias al dividendo o la venta de reducidos paquetes de títulos.
Pues bien, a pesar de que los datos fundamentales de numerosas empresas de la Bolsa española son positivos, las cotizaciones han sido arrastradas por el riesgo país y las dudas que generan las cuentas públicas.
El 40% de la Bolsa española está en manos extranjeras y la salida en tromba de este dinero ha arrasado el ahorro del otro 21% que está en manos de las familias. Sólo en noviembre, la caída ha sido del 14%, la peor desde la quiebra de Lehman Brothers en el mes de octubre de 2008.
De nada han servido los test de estrés de la banca para ganar credibilidad, ya que estos títulos han sido los más castigados. Los que, siguiendo las indicaciones del Gobierno, creyeran que lo peor ya había pasado, se enfrentan a caídas que han dejado tiritando sus patrimonios. El Banco Santander ha perdido desde primeros de año un 31%; el BBVA un 40%; el Banco Popular y el Banco Sabadell, un 21%; Banesto, un 24% y Bankinter, un 43%.
Entre las constructoras encontramos más de lo mismo. Acciona lleva perdido un 43%; FCC, un 36%, y Sacyr Vallehermoso baja un 51%. Las eléctricas tampoco han levantado cabeza con caídas de 23% en Endesa o un 20% en Iberdrola.
Hasta Telefónica, la joya de la corona, ha caído un 10%. Evidentemente, no todas las empresas de todos los sectores de nuestro país lo están haciendo tan mal para justificar tal derrumbe y se debe achacar al efecto a la falta de confianza en la economía española, de la que sólo es responsable el Gobierno.
Desde luego, los pequeños ahorradores no tienen la culpa de haber confiado en los cantos de sirena de Rodríguez Zapatero cuando dio por zanjada la crisis.
Artículo publicado por Jesús F. Briceño en el diario LA GACETA (Madrid) el 3 de diciembre de 2010
http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/opinion/atrapados-laberinto
Caja Madrid obtuvo en el primer trimestre del año un beneficio neto atribuido de 357 millones de euros, un 1,1% más que en el mismo periodo del año anterior. La tasa de morosidad se situó en el 5,57%, una cifra que supera la media del sector de las cajas, que en febrero se situó en torno al 4,7%. Por su parte, el crédito a familias (vivienda y consumo) ha avanzado un 2,5%. En su conjunto, el crédito a la clientela fue de 117.199 millones de euros, un 6,3% más que en marzo de 2008, según anunció la entidad. El crédito hipotecario también aumentó, con un ascenso del 2,3%.
Pese a obtener un beneficio de 1.346 millones, un 6,4 por 100 más que en 2007, sólo contabilizará 1.052, un 16,8 por 100 menos que en el ejercicio anterior. Los datos fundamentales del banco al cierre del ejercicio 2008, según han puesto de manifiesto su presidnete Angel Ron y el consejero delegado Roberto Higuera, son los siguientes: Banco Popular es el 9º banco de la zona euro por beneficio neto en 2008. El beneficio contable publicado refleja una anticipación voluntaria de provisiones por deterioro de activos de 189 millones de euros y la no utilización de provisiones genéricas por 244 millones de euros, pese a estar permitidas por la normativa actual. Incremento de la ratio de core capital en más de 50 puntos básicos en el ejercicio, situándose al final del mismo en el 7,06%. Este nivel, no solo le permite situarse entre los 4 grupos bancarios más solventes de Europa, que no han recibido capital público, sino afrontar con optimismo los retos del 2009. El Tier I se sitúa en el 8,04%. El margen de intermediación sin dividendos ha tenido un fuerte crecimiento del 10,4% con una clara tendencia expansiva en 2009. Crecimiento del crédito a una tasa anual subyacente del 6,1%, bastante superior al aumento del PIB nominal y muy superior a la demanda interna nacional. Por otra parte, el 44% de la inversión crediticia está destinada a Pymes y alrededor del 32% a particulares. Popular no sólo no ha restringido el crédito sino que lo está potenciando en un contexto de fuerte descenso de la demanda de crédito de empresas y particulares. Fuerte crecimiento en la captación de depósitos de la clientela, que aumentaron un 21,1%.

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