Nos han vendido la burra del cambio de modelo económico, pero la realidad es más tozuda que el maño que se empeñaba en andar por la vía del tren: “chifla, chifla, que como no te apartes tu…” Ni cambio de modelo, ni cambio de ciclo, ni brotes verdes, ni nada de nada. La estadística no es una ciencia exacta, pero refleja puntualmente la foto fija de la realidad. El paro registrado conocido esta semana señala que 64.000 españoles han encontrado algún trabajo en abril. ¿Quizá en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, en la famosa I+D+i? Pues no, de camareros, cocineros, recepcionistas o reponedores de hamacas de playa.
Se da la paradoja de que, a pesar de la baja productividad y el absentismo de que hace gala la economía española, necesitaríamos más días de fiesta, puentes y moscosos para reactivar el sector turístico gracias al consumo interno. Y a todo esto el Gobierno, fiel a su acreditada política del avestruz, ve signos positivos de recuperación económica el mismo día que los antipatriotas del servicio de estudios de las Cajas de ahorro y el Banco de España insisten en la gravedad de la situación frente a un Zapatero, clon de Van Gaal, que no se apea del latiguillo: “siempre positivo, nunca negativo…”
No vamos a entrar a analizar las consecuencias de la desestacionalización del paro registrado ya que entonces tendríamos que contabilizar 7.000 parados más, pero sí hacer hincapié en el espejismo que supone el incremento de la afiliación de autónomos. La expulsión del mercado laboral de dos millones de empleados por cuenta ajena está provocando la afloración del falso autónomo que trabaja para terceros a destajo pero se ve obligado a pagar su propia Seguridad Social. El caso se agrava con los mayores de 50 años en empleos cualificados con largos periodos de cotización, ya que para no perder derechos y ver diluida su futura pensión no les queda más remedio que cotizar al RETA hasta los 67 años cantidades muy superiores a sus ingresos.
Artículo de Jesús F. Briceño publicado en el diario LA GACETA (Madrid), el 5 de mayo de 2011
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