El presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, aseguró hoy que la recien aprobada reforma de la ley de cajas de ahorros (LORCA) permitirá a estas entidades adaptarse a las nuevas exigencias de capital y reforzar sus recursos propios sin perder su función social.
Rato, que ofreció una conferencia ante más de 200 empresarios catalanes en el Círculo Ecuestre de Barcelona, destacó que la modificación del régimen jurídico de las cajas de ahorros –aprobada el pasado viernes por el Consejo de Ministros– tiene como principales objetivos permitir la recapitalización de estas entidades y buscar una mayor profesionalización de sus órganos de gobierno.
El primero de los objetivos permitirá a las cajas “emitir recursos propios de la máxima categoría en las mismas condiciones que el resto de entidades financieras”. Las cuotas participativas con derechos políticos, y sin límites a su posesión, actuarán como elemento catalizador para permitir a las cajas adaptarse a los nuevos requisitos de capital que establecerá Basilea III, y que supondrán un reto sin precedentes para todo el sistema financiero, aseguró.
Rato señaló, además, que la nueva LORCA supondrá también un impulso a la profesionalización de la gestión y de los órganos de gobierno de estas entidades y generará un nuevo escenario de actuación en el que cada entidad podrá elegir cuál es el modelo que más se adapta a sus necesidades.
El presidente de Caja Madrid adelantó que, con el nuevo marco jurídico más flexible, las cajas podrán elegir entre cuatro vías diferentes: mantener el actual estatus con la posibilidad de emitir las nuevas cuotas participativas; formar un SIP –como el constituido recientemente entre Caja Madrid, Bancaja, Caixa Laietana, Caja Insular de Canarias, Caja Ávila, Caja Segovia y Caja Rioja, con unos activos totales de 337.257 millones de euros–; ceder todo el negocio financiero a un banco pero sin perder la condición de caja o transformarse en fundación con la cesión del negocio a un banco.
Solvencia del sistema español
El presidente de Caja Madrid aprovechó su intervención para destacar la elevada solvencia del sistema financiero español frente a sus más directos competidores, al presentar una solvencia total del 12,2% y un volumen de recursos propios sobre activos del 7,9%, por encima de la media de la Unión Europea y muy superior a la de países como Italia, Francia, Alemania o Reino Unido.
Esta fortaleza es especialmente destacable si se tiene en cuenta que las entidades españolas han recibido, proporcionalmente, un volumen mucho menor de inyecciones públicas de capital –vía FROB– que las de otros países europeos –en concreto el 1,4% del PIB–.
Rato destacó que las principales debilidades de las entidades españolas, como son el aumento de la morosidad por el incremento de los activos dudosos y el consecuente descenso de la tasa de cobertura, han logrado neutralizarse y presentan, en los últimos meses, un comportamiento mucho más moderado que en el periodo 2007-2008.
A su juicio, la cobertura a través de las provisiones específicas y genéricas unida a la capacidad de generación de beneficios en 2010 hacen que la inversión potencialmente problemática en el sector constructor y de promoción inmobiliaria esté cubierta en un 71%. Sin embargo, esos buenos fundamentales no evitan que el sistema español presente en estos momentos un exceso de capacidad instalada que deberá necesariamente ajustarse.
Problemas en el mercado de deuda
El presidente de Caja Madrid realizó también una valoración sobre los problemas de liquidez que presenta el mercado interbancario y que han llevado al Banco Central Europeo (BCE) a convertirse en la principal fuente de liquidez de las entidades. Rato destacó que “el recurso de las entidades españolas al BCE es menor que el de Alemania y está en niveles ajustados al peso de su sistema financiero”. Pese a ello, el primer ejecutivo de la caja destacó que estos problemas se han trasladado al mercado de deuda soberana, especialmente de los países periféricos, donde se han disparado de forma excesiva las primas de riesgo.
En el caso español, Rato aseguró que España se encuentra en una posición similar a la de otros emisores como Francia o Alemania, aunque tiene por delante el reto de recuperar la confianza con la adopción de las reformas estructurales necesarias y un sólido saneamiento del sistema financiero que permitan normalizar la situación.
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