Que no se asuste la VI Flota, no es ninguna trama golpista, sino una simple operación societaria que consiste en una reducción y ampliación de capital simultáneas, con el fin de sanear una empresa. El capital social se reduce a cero enjugando las pérdidas y, al mismo tiempo, se incrementan los recursos con la aportación de nuevos socios. Trasladado a la política equivaldría a una crisis de Gobierno. La mayoría de los ministros están quemados o amortizados y el tejido empresarial asiste atónito al derrumbe del castillo de naipes de la economía española. La crisis que nunca existió debe alumbrar una recuperación que no llega, fiados de que el incremento del IVA tape el agujero que deja en un exhausto presupuesto medio millón de parados (Zapatero dixit).
El paro se comerá este año treinta y cuatro mil millones, la mitad a déficit, mientras la ministra Salgado hilvana una nueva teoría económica, hasta ahora inédita en Krugman o Rubini, consistente en que se puede crear empleo sin que crezca el PIB. Lo que no explica es si lo va a hacer a la cubana o con el PER del gotelé, sacándose de la manga doscientos mil nuevos funcionarios o asimilados.
La campaña de estosololoarreglamsosentretodos.org ha venido a echar más leña al fuego como si los ciudadanos de a pie fuéramos los culpables de la crisis. Oigan ustedes, millones de españoles somos inocentes y ni hemos gastados más de la cuenta, ni hemos vivido por encima de nuestras posibilidades; seguimos madrugando y cogiendo el metro, si es que no hemos perdido nuestro trabajo.
Si es un problema de sequía intelectual Zapatero puede pedir a sus amigos los cómicos, por ejemplo a Willy Toledo, que le remita uno de los poemas más lúcidos de Bertol Brecht, aquel en el que relata la demolición del barco «Oskawa» por su tripulación, premonitorio de la situación por la que atraviesa España. En él se describe, apelando incluso a la paga y las pensiones, como la indolencia y la ineptitud de un capitán puede llevar a los hombres a la tragedia.
Artículo publicado por Jesús F. Briceño en el diario La Gaceta (Madrid), el 11 de marzo de 2010
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