A lo largo de la historia los hombres han tratado de escrutar el futuro interpretando diversos signos a través de videntes o sacerdotisas. Se han destripado pollos para leer sus vísceras, se ha analizado el vuelo de las aves según aparecieran por Levante o por Poniente, el tintineo de campanillas, el color de las piedras, los posos del café o las cartas del Tarot. Nuestra flamante Vicepresidenta Primera del Gobierno, que hasta ahora nos había sorprendido por el don de la ubicuidad, ha destapado también sus artes adivinatorias y ha lanzado sus predicciones económicas enmendando la plana al Fondo Monetario Internacional. España sigue a la cola de la recuperación y eso es inadmisible en medio de los fastos de la presidencia europea. ¿Qué va a pensar Obama del telonero más carismático en el Día de la oración?
Pero la verdad es la verdad, dígalo Agamenón o su porquero, que ya se encargó Machado de dejarlo claro, por mucho que se niegue la evidencia. El Fondo Monetario Internacional nos da calabazas en forma de un decrecimiento del PIB de un 0,6 por 100 este año y la Vicepresidenta se empeña en que el FMI yerra basándose en los papeles que le pasa la ministra de Economía Elena Salgado. Según la “Vice” ya hemos pasado lo peor de la crisis que nunca existió. Pues que se vaya atando los machos con los datos de empleo, es decir de paro, del mes de enero. Ignoro en qué basa sus predicciones María Teresa Fernández de la Vega, quizá en el almanaque Zaragozano, que sigue siendo un best seller de ventas, por eso de año de nieves año de bienes.
De momento, lo único que se nos viene encima es otro Plan E con sus cartelitos como setas creciendo como brotes de aluminio en toda la geografía nacional. El anterior de 8.000 millones creó 384.214 empleos efímeros (seis meses) a razón de 3.000 euros por barba y mes. El nuevo es de 5.000 millones para 87.000 empleos. Si la temporalidad fuera la misma que el plan anterior cada empleo saldría a más de 9.000 euros al mes. ¡Bonito negocio!
Artículo publicado por Jesús F. Briceño en el diario La Gaceta (Madrid), el día 28 e enero de 2010
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