El Presidente de IBERDROLA, Ignacio Galán, ha pedido a los partidos políticos aprobar de forma urgente la planificación energética, dado que es “imprescindible para adoptar ya las decisiones de inversión y las acciones necesarias” con el fin de no poner en riesgo el suministro de energía en el futuro. Durante su intervención hoy en la Comisión de Industria del Congreso de los Diputados, dentro de la Subcomisión de análisis de la estrategia energética española para los próximos 25 años, Ignacio Galán ha señalado que la planificación debe garantizar un suministro sostenible y seguro con el menor coste posible, buscando reducir las emisiones de CO2, incrementar la competitividad, disminuir la dependencia exterior y contribuir a la mejora de la balanza de pagos.
Para ello, ha propuesto dos escenarios de la planificación: año 2020 y año 2030, que requieren tomar acciones inmediatas para lograr los objetivos en materia de energía.
En cuanto al escenario 2020, Galán ha indicado que el suministro está asegurado con el mantenimiento de las centrales existentes –incluidas las nucleares- y en construcción, así como con la nueva capacidad renovable comprometida.
Inversiones de 50.000 millones
Ignacio Galán ha asegurado que será necesario realizar una inversión total estimada en 50.000 millones € hasta 2020, que deberá destinarse en gran parte al aumento de las interconexiones y a la mejora de las redes de distribución y transporte, al objeto de absorber la producción de las renovables, asegurar la calidad del suministro e implantar iniciativas como las redes inteligentes o el vehículo eléctrico.
Para poder realizar las inversiones necesarias en las redes, ha abogado por agilizar los procesos administrativos de autorización y ejecución de las instalaciones, cuyo tiempo medio de tramitación se eleva en la actualidad a seis años. Además, ha subrayado la necesidad de mejorar la remuneración de la actividad de distribución, que ahora es la mitad de la media europea, para poder aumentar la calidad del servicio.
Por otro lado, el Presidente de IBERDROLA ha afirmado que la energía renovable, cuya producción no es predecible, necesita el soporte de la energía convencional, sobre todo de las centrales de gas existentes, que son “imprescindibles” como respaldo de cara a garantizar el suministro.
Por ello, ha pedido que las plantas de gas cuenten con una retribución adecuada, con el fin de garantizar la recuperación de los costes de estas instalaciones, que se construyeron siguiendo las directrices de la planificación energética que entró en vigor en el año 2002. Además, ha abogado por buscar una solución a los excedentes de los contratos a largo plazo de gas que se firmaron de acuerdo a dicha planificación. Con este conjunto de medidas se cumplirían, en su opinión, los objetivos renovables y de eficiencia previstos para 2020, dado que el mantenimiento previsto de la demanda hará que la nueva potencia renovable ya pre-asignada (16.000 MW) sea suficiente para alcanzar las metas medioambientales fijadas para ese periodo.
Inversión de 60.000 millones hasta 2030
Desde 2020 a 2030, Ignacio Galán ha estimado que se producirá un incremento de la demanda como consecuencia de una mayor actividad económica y de la electrificación del transporte, lo que conllevará inversiones de 60.000 millones €, fundamentalmente en nueva generación convencional y en renovables. A su juicio, la decisión clave es optar por el cierre progresivo del parque nuclear o por mantener el peso de esta tecnología. Para Ignacio Galán, la opción de mantenimiento de las plantas nucleares existentes –siempre con las máximas garantías de seguridad- es la más sostenible económica y medioambientalmente, ya que permitirá ahorrar al sistema 4.000 millones € anuales hasta 2050.
Este escenario requiere adoptar decisiones de planificación de forma inmediata, dado que haría necesario instalar 14.000 MW en centrales convencionales, bien nuevas nucleares o bien térmicas con captura y secuestro de CO2, con el fin de cubrir el incremento de demanda, respaldar la nueva potencia renovable (+18.000 MW) y sustituir el carbón obsoleto y poco eficiente (-5.200 MW). Por el contrario, el Presidente de IBERDROLA ha explicado que optar por el cierre progresivo de las nucleares elevaría la inversión en el periodo hasta 90.000 millones €, obligaría a instalar 21.000 megavatios (MW) convencionales nuevos y rompería la tendencia de reducción de emisiones, lo que impediría cumplir los objetivos a 2050, y elevaría los costes del sistema. Asimismo, ha indicado que, al igual que sucedía en el escenario 2020, el planteamiento de instalar masivamente nueva potencia renovable hasta 2030 sólo es plausible si se garantiza la energía de respaldo, la capacidad de absorción del sistema y la evacuación de energía a través de la mejora de las interconexiones y de las redes.
“Las decisiones que tomemos para 2030 no sólo condicionarán ese año, sino que definirán la tendencia futura del sistema hasta 2050 y nuestros factores de competitividad en función de las opciones elegidas”, ha añadido el Presidente de IBERDROLA, para quien el sector energético es “un auténtico motor de crecimiento y dinamizador de la economía que puede jugar un papel fundamental en la superación de la crisis económica actual, a través de sus cuantiosas inversiones, creando empleo y ofreciendo un servicio esencial ligado directamente a la actividad productiva”.
Distorsiones del sistema
Como muestra de la importancia de contar con una planificación adecuada, ha recordado las distorsiones que se han creado en el sistema con el pre-registro de asignación de potencia renovable. En su opinión, las instalaciones ya asignadas hasta 2013 supondrán unas primas anuales de 6.300 millones €, el triple que en 2008. A este respecto, ha explicado que la mayor parte de esta cifra corresponde a tecnologías no maduras, como la termosolar o la fotovoltaica, que sólo cubren el 5% del consumo, mientras que la eólica es en la actualidad la única energía renovable que contribuye significativamente a la producción y que tiene un coste más competitivo. Así, ha incidido en que la termosolar y la fotovoltaica suponen encarecer el coste de toda la energía un 25%. Ignacio Galán también ha hecho referencia en su intervención a la dimensión de IBERDROLA, que ha afianzado en 2009 su liderazgo energético. El salto dado por el Grupo ha sido posible gracias a las fuertes inversiones realizadas –más de 62.000 millones € en los últimos ocho años-, de las que cerca de 20.000 millones € se han destinado a España.
Esto ha permitido, según Galán, que IBERDROLA haya conseguido triplicar su potencia instalada, duplicar la calidad de servicio, multiplicar por 11 la energía limpia, dar empleo a 33.000 personas, crear más de 35.000 empleos puestos de trabajo indirectos, realizar compras asociadas por 27.000 millones €, invertir 100 millones € al año en I+D y crear una de las mayores compañías globales de ingeniería energética. El Presidente de IBERDROLA ha recordado que en estos años se ha llevado a cabo la internacionalización de la Empresa, lo que le ha permitido escalar posiciones hasta convertirse en el primer grupo energético nacional, la cuarta mayor empresa española del Ibex 35 por capitalización, el líder mundial eólico y una de las cinco mayores eléctricas globales.
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