Las autoridades económicas y monetarias, es decir el Ministerio de Economía y el Banco de España, están incurriendo en el mismo error de los días previos a la intervención de la Caja de Castilla La Mancha (CCM), dan voces de alarma avisando de que viene el lobo pero no concretan nada, no intervienen, están paralizadas, dando alas al rumor esperando que pasen las elecciones europeas. Se filtran nombres de entidades presuntamente sospechosas, unas veces de liquidez, otras de solvencia y la reforma del sistema financiero sigue pendiente. Lanzan globos sonda con cifras que llegan a multiplicar por cinco o por diez fondos de intervención de miles de millones en una especie de subasta en la que el tamaño de la deuda pública no importa. El Gobierno sabe que la solución no está en fusionar cajas de la misma Comunidad porque es una relación de consanguinidad que no hace más que multiplicar el riesgo. La misma base de clientes, las mismas empresas, las mismas hipotecas y los mismos compromisos políticos. Se insiste en una receta miope de andar por casa para seguir ordeñando la vaca de los ahorros de los paisanos. Se elude una solución nacional que permita de verdad sanear la base de recursos propios y diversificar el riesgo. PSOE, PP y CiU tienen una oportunidad histórica si piensan en grande y no en la cuota de poder y dinero que les proporcionan sus votantes.
Artículo publicado por Jesús F. Briceño en el diario La Razón (Madrid) el 4 de junio de 2009
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