La economía española mostró una continuada pérdida de impulso en 2008, que se acentuó en la segunda mitad del año, y que le llevó a cerrar el ejercicio con un descenso del PIB en elcuarto trimestre del 0,7%, en términos de su tasa interanual. Detrás de este desarrollo se encuentra el fuerte retroceso de la demanda nacional —que cayó un 2,8% en dicho trimestre—,mientras que la demanda exterior neta tuvo una contribución positiva de 2,3 puntos porcentuales (pp) de PIB en ese mismo período, derivada, sobre todo, de la rápida pérdida depulso de las importaciones, según el informe de abril del Banco de España
Los indicadores disponibles referidos a los primeros meses de 2009 apuntan a una intensificación de las tendencias contractivas observadas a finales de 2008, en un entorno internacionalseveramente recesivo y en el que el grado de tensión financiera se ha mantenido en niveles elevados. Las estimaciones realizadas a partir de la información coyuntural disponible, todavíaincompleta, apuntan a una caída más pronunciada de la actividad en el primer trimestre, de modo que el PIB habría retrocedido un 2,9% en términos de su tasa interanual; un −1,8% entasa intertrimestral. Por el lado del gasto, se estima una disminución adicional de la demanda nacional, que recortaría su tasa interanual en 2 pp, hasta el –4,9%, y una ligera caída de la aportación de la demanda exterior neta, que se situaría en 2,2 pp, como reflejo de la intensacontracción del comercio mundial. Desde la perspectiva de la oferta, las ramas de la construcción y de la industria intensificaron la trayectoria contractiva de los meses finales de 2008, al tiempo que los servicios empezaron a dar signos de estancamiento, debido al retroceso de los de mercado. En este contexto, los registros del empleo fueron muy negativos en el primer trimestre, observándose descensos en la ocupación del 6,4%, según la EPA, que habrían
conducido a un incremento muy sustancial de la tasa de paro, hasta el 17,4% (13,9% en el último trimestre). La tasa de inflación, por su parte, experimentó, como consecuencia del drástico cambio en los precios del petróleo y de los alimentos, y de la acusada debilidad de la demanda, un pronunciado recorte en el trimestre, que le llevó a registrar, por primera vez desde 1952, una tasa de variación interanual negativa, del −0,1%, en marzo y un diferencial de inflación, también negativo, con la UEM de –0,7 pp.
En el panorama económico internacional, la situación de tensión en los mercados financieros mostró una cierta mejoría respecto a los momentos de máxima inestabilidad que se vivieronen los meses finales de 2008, si bien las condiciones de financiación siguieron siendo globalmente restrictivas. En estas circunstancias, continuó la traslación de la crisis financiera haciala actividad, agravada, en esta última etapa, por el intenso descenso de los flujos de comercio. Como consecuencia de todo ello, el PIB en las economías desarrolladas habría experimentado un nuevo retroceso en el primer trimestre, de magnitud similar a la que se observó en los últimos meses de 2008, al igual que las economías emergentes intensificaron su debilitamiento. Por su parte, la inflación mundial mostró una acusada desaceleración, registrándose tasas interanuales negativas en un número creciente de países, en un entorno en el que los precios de las materias primas se estabilizaron, aunque el precio del crudo mostró un cierto repunte.
En conjunto, todos estos factores han determinado una nueva revisión a la baja de las perspectivas de crecimiento de la economía mundial, que, según las previsiones más recientes—sujetas, en todo caso, a elevadas dosis de incertidumbre—, podría llegar a ser negativo en 2009, por primera vez en los últimos sesenta años, lo que llevaría a retrasar el inicio de la recuperación hasta 2010, cuando los estímulos de las políticas monetarias, fiscales y de apoyo al sistema financiero hayan desplegado todos sus efectos. En este escenario recesivo, las previsiones de precios apuntan a crecimientos muy moderados de la tasa de inflación, que podría alcanzar registros negativos en algunas de las principales economías desarrolladas en2009, como Estados Unidos o Japón.
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