Tras los apocalípticos mensajes de Obama y Zapatero hay que dar gracias a Dios de que la economía, aunque de forma renqueante, siga funcionando. Bancos y tiendas abren cada día y, aunque con restricciones, atienden a los clientes y despachan sus productos. Los atascos siguen formando parte del paisaje urbano y Madrid se prepara para tres grandes ferias de arte con todos sus hoteles llenos. Casi podríamos decir que la vida, a pesar del Gobierno, sigue su curso. Los políticos lanzan billones de euros o dólares con la mayor naturalidad y cada vez apelan más al esfuerzo colectivo lo cual no es más que reconocer el fracaso propio en su alocada carrera contra la crisis. Si fuera verdad -y ojalá fuera así- el éxito de todos los planes y medidas que ayer citó Zapatero en el Congreso viviríamos en el mejor de los mundos a partir de marzo. Las pymes, las familias, las empresas, los parados, la banca…, todos verán colmadas sus aspiraciones. Por contra Timothy Geithner, nuevo secretario del Tesoro en EEUU, dice que estamos ante una crisis de confianza, de capital, de crédito, de consumo y de demanda… y que las medidas que se proponen agotan ya todo el arsenal disponible.
Artículo publicado en el diario La Razón, el 11 de febrero de 2009
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