El caso Madoff tiene todos los ingredientes para convertirse en un culebrón que dejará pequeñas las ganancias obtenidas por Hollywood con películas como Wall Street o La hoguera de las vanidades, esta última basada en el libro más conocido de Tom Wolfe y que describía la meteórica ascensión y la no menos meteórica caída de los «reyes del universo», los financieros acostumbrados a cobrar decenas de millones de dólares de la nada. Los nombres de ricos y famosos se conocen sin cesar como el de la española Alicia Koplowitz, que puede perder 10 millones de euros por la estafa de Bernard Madoff, cantidad que tenía invertida, a través de su fondo Laredo, en otro fondo en Reino Unido que, a su vez, confió dinero a Madoff, y todo ello a pesar de que su gestor particular es nada menos que Oscar Fanjul, el ex presidente de Repsol. Y por lo que se refiere a los bancos, el multimillonario fraude de la sociedad de inversión Madoff podría costar hasta 1.000 millones de euros a la división holandesa de Fortis, que desde el pasado octubre se encuentra en manos estatales. Madoff era previsor y guardaba la calderilla de su familia, 88 millones de euros, en una pequeña oficina de Londres.
De la liquidación de los activos de Madoff Investment Securities, se encargará el Tribunal de Bancarrota de Estados Unidos según ha decretado el juez federal de Nueva York, Louis Stanton. «Los clientes de Bernard L. Madoff Investment Securities necesitan de protección de la Ley de Protección del Inversor en Valores», ha asegurado Stanton, cuya sentencia responde a una petición de la comisión del mercado de valores estadounidense para que se tomaran las medidas oportunas para proteger los intereses de los inversores. En España, el PP trata de pescar en río revuelto con la iniciativa que ha presentado la portavoz parlamentaria Soraya Sáenz de Santamaría, para que el ministro de Economía, Pedro Solbes, y el Gobernador del banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, comparezcan en el Congreso de los Diputados para que expliquen las repercusiones de la estafa Madoff en el sistema financiero español. El PSOE no perderá la oportunidad para insistir en su cantinela de que todas las crisis vienen no de la pérfida Albión, sino de la avaricia de Wall Street bajo el mandato de Bush. En España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores cifra en 106,9 millones de euros la exposición directa de las Instituciones de Inversión Colectiva al fraude de Bernard L. Madoff.
Mientras tanto todo el mundo se pregunta cómo se ha podido gestar esta estafa, la mayor de la historia de Wall Street, superando todos los controles, incluidos los del auditor de Optimal, la gestora de fondos e instituciones de inversión alternativa de Banco Santander, cuyo producto pillado con 2.300 millones de euros estaba siendo supervisado por PricewaterhouseCoopers. Fuentes de la firma aseguran que su labor como auditor del fondo Optimal Strategic US Equity no era advertir de la multimillonaria estafa cometida por los gestores de Madoff Securities. Otras fuentes al parecer como más sentido común advierten que si el auditor no está para analizar el fondo de las cuentas y señalar las salvedades pues sobra el auditor por mucho PricewaterhouseCooopers que se llame. De todas formas es un tema tan viejo como el mundo; la empresa paga y el auditor bendice y si no repásese desde Banesto a Enron, pasando por Merry Lynch o Lehman Brothers. Los periodistas económicos estamos acostumbrados a escuchar a los presidentes de sociedades de postín eso de que el auditor no ha encontrado salvedades y poco después ver la empresa quebrada.
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