Dos formas distintas de hacer banca despeñan un día si y otro también al Santander y al BBVA por la misma pendiente bajista. De nada sirven las palabras sensatas del presidente del BBVA Francisco González indicando que es «absolutamente inevitable» una mayor regulación y control del sistema financiero, así como un «aumento temporal» de la presencia pública hasta que remita la crisis, ni las bravatas de Emilio Botín acerca de que el suyo es el mejor banco del mundo y además apelando al mercado y no al Estado para incrementar la capitalización del Santander.
Los inversores no quieren papel de los bancos y sueltan todo lo que compraron en los días en los que parecía que se avistaba un repunte. Y para colmo lo de ING no tiene desperdicio; un banco que no ha quebrado gracias a los apoyos directos de su Gobierno dando consejos y opinando de los demás. En la televisión sigue la campaña de captación de pasivo del banco naranja al 6 por 100, lo que no deja de ser una competencia desleal con los que aquí se están jugando sus cuartos y si usted va al Santander o al BBVA con sus ahorros le dan poco más del 4 por 100 y dando las gracias. Así que ING se descuelga diciendo que BBVA puede evitar una ampliación de capital si vende sus activos inmobiliarios y una parte o la totalidad de su participación en Telefónica.
El sector bancario ha vuelto a registrar pérdidas generalizadas en una jornada que, en España, se ha caracterizado por el desplome del Santander. El banco presidido por Emilio Botín se ha dejado un 9,98%, mientras que los derechos sobre su ampliación de capital han bajado cerca de un 40% para quedarse en la mitad de los 0,46 euros a los que cotizaban el jueves. El BBVA se ha dejado un 5,45%, Banesto (6,56%) y Banco Popular el 4%.
El gobernador del Banco de España, Miguel Angel Ordóñez, le ha leído la cartilla al Gobierno y le ha pedido unos presupuestos acordes con la realidad ya que las previsiones de crecimiento para 2009, situadas en el 1%, quedarán superadas por la entrada en un escenario peor. Durante su comparecencia en la Comisión de Presupuestos del Senado, MAFO ha indicado que la información reciente apunta a que la economía se comportará en el último trimestre del año «en la misma dirección» que el tercero, que se ha cerrado con un crecimiento negativo del 0,2%.
Por su parte el INE ha confirmado el 0,2% de contracción del PIB en la economía española durante el tercer trimestre. El Gobierno considera ahora que «no es descartable» un periodo prolongado de recesión, y el Banco de España augura en esta misma línea se extenderá a 2009. La primera contracción en España desde el segundo trimestre del año 1993 frenó el crecimiento en tasa interanual por debajo del punto porcentual, hasta el 0,9%. El secretario de Estado de Economía, David Vegara, admitió que «no es descartable» un periodo prolongado de recesión.
Y frente al discurso generalizado tanto del Gobierno como de la oposición que siempre unen a la crisis la coletilla de que el dinero de las ayudas públicas tiene que llegar a familias y pymes, una vez más el Gobernador del Banco de España, Fernández Ordóñez, ha apostado por la declaración políticamente incorrecta de pedir que no se obligue a la banca a financiar empresas y familias insolventes, ya que si se presiona a las entidades en esa línea, se ha acabado el sistema financiero.
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