Archivos de Categoría: Empleo

Cambiar paro por empleo

El Gobierno no está muy convencido de si ha acertado con la prórroga de los 400 euros, pero no ha querido tensar más la cuerda en su batalla con los sindicatos y la oposición. Lo que sí tiene claro es que esta subvención no sirve para cumplir el objetivo principal que es el de incentivar la búsqueda de trabajo, sino que tiene el efecto contrario. Los informes que manejan tanto la patronal como las centrales sindicales son muy claros a este respecto. Se busca empleo de forma activa justo en los primeros meses del paro, pero si no se consigue ya no se vuelve a buscar de forma intensiva hasta que se acaba la prestación o las subvenciones no contributivas. El dinero gratis se convierte en una forma de supervivencia que si se puede hacer compatible de forma ilegal con algún trabajo de economía sumergida se transforma en un salario para ir tirando. Esta es la realidad por mucho que se empeñen unos y otros en mirar para otro lado, ya que ni el Gobierno tiene inspectores para evitarlo, ni muchos trabajadores quieren aceptar una sustancial rebaja en sus retribuciones.

Ante su incapacidad para hacer frente a la crisis Zapatero puso el acento de su política en subsidiar el paro sin tratar de hacer una economía competitiva. Ahora Rajoy se debate entre seguir con la política absurda de ZP o apostar por el empleo, aunque sea a costa degradar los salarios a bono basura. En este momento muchos se preguntan qué se puede hacer con esos 426 euros. Por ejemplo, se puede obligar a hacer trabajos sociales, o a perderlos de forma inmediata si rechaza una oferta de empleo u otras similares. Si no se adoptan medidas que incentiven la búsqueda de trabajo la sola prórroga de la subvención es poco pan para hoy pero más hambre para mañana. Tampoco hubiera estado mal que dado que esta partida es de unos 70 millones de euros al mes se hubiera reducido esta cantidad de las subvenciones que reciben partidos políticos y sindicatos o cerrando el equivalente de instituciones inútiles.

Artículo publicado por Jesús F. Briceño en el diario LA GACETA (Madrid), el 25 de agosto de 2012

El milagro de Fátima

Fátima Báñez no es pastorcilla como Lucía o Jacinta, sino guerrera y azote del Gobierno en la anterior legislatura, pero Rajoy espera de ella que haga honor a su nombre y realice el milagro de bajar de los cinco millones de parados. Disposición y formación no le faltan a esta diputada por Huelva y titular de la cartera de Trabajo, pero los milagros, por desgracia, no están al alcance de los ministros por mucha fe que tengan y hagan las cosas como Dios manda.

Fátima Báñez ha iniciado la ronda de consultas con los agentes sociales con la meta de alumbrar una reforma laboral tratando de aunar posiciones entre una patronal que esgrime a Ángela Merkel como bandera, frente a unos sindicatos que siguen anclados en Largo Caballero y en José Antonio Girón. La reforma laboral no sólo es necesaria, sino que es imprescindible, pero ni la libertad de contratar y despedir,  ni el abaratamiento del paro crean empleo por sí mismo. Tras el anuncio por parte de  Luis de Guindos de que entramos otra vez en recesión, fruto de la herencia envenenada del Gobierno Zapatero, los datos de la EPA y del paro registrado de los próximos meses van a ahondar aún más en el pozo que parece no tener fondo.

Desde la II República la cartera de Trabajo siempre ha estado ocupada por pesos pesados de la política. Salvo Zapatero, que la ninguneó con ministros de cuota ajenos a la realidad, convertidos en títeres en manos de los sindicatos, la ministra de Trabajo tiene mucho que aportar a la recuperación económica sentando las bases de una reforma laboral acorde con las necesidades de un Estado moderno, equilibrada entre las pretensiones de la CEOE y las reivindicaciones de UGT y CCOO. Para que la negociación sea un éxito tienen que caer muchos tabús, como la financiación de los agentes sociales, el papel de los liberados sindicales, la eficacia de los convenios o la dualidad de los contratos, que es una aberración. Pero, sobre todo, cambiar la mentalidad de que es más importante proteger al parado que crear empleo.

Artículo publicado Jesús F. Briceño en el diario LA GACETA (Madrid), el 30 de diciembre de 2011

Por tierra, mar o aire

Circula por las redes sociales y en tertulias laborales un chiste o acertijo que resume de forma cruda la realidad de nuestro mercado de trabajo. ¿Qué salidas tiene un joven español recién licenciado? Respuesta: tres. Por tierra, mar o aire. Es decir, aquí no hay futuro y hay que labrarse un porvenir fuera. A pesar del fracaso escolar, nuestros jóvenes son la generación mejor preparada de la historia. Además, unen a su formación un plus que no tuvieron sus padres: el conocimiento de idiomas y el lenguaje digital. Sin embargo, están abocados a coleccionar másters inútiles para su integración en el mundo laboral.

Desarrollar una carrera profesional en una empresa se ha convertido en misión imposible, con lo que ello conlleva de plan de vida truncado. Las prejubilaciones han descabezado de cuajo la pirámide laboral natural, echando al pasto de los leones del paro a cientos de miles de trabajadores que han pasado a ser desempleados estructurales. Y en la base, casi un 50 por 100 de jóvenes en edad de trabajar engrosan las cifras del paro apagando velas entre la desesperación y el aburrimiento.

Las previsiones de la OCDE acerca de la evolución del paro en España en los próximos años, ya con mandato de Rajoy, son tremendas. Constatan que, aunque se arregle la economía, el paro subirá al 23 por 100; es decir, que nos aproximaremos a los seis millones de parados que no empezarán a bajar hasta 2015. Los sindicatos, en mayor medida, y también la patronal, siguen enfrascados en defender los derechos de los que aún conservan sus trabajos, pero mantienen una miopía interesada en abordar el problema principal, que es el del crecimiento y la creación de empleo.

Tras los banqueros y los líderes de la UE, Rajoy ha comenzado su ronda de consultas con los líderes de CCOO, UGT y CEOE para exponerles las líneas maestras de su reforma laboral. Será junto con el ajuste del gasto la prioridad del nuevo Gobierno. No hay atajos, o hablamos de crear empleo o nos conformamos con repartir miseria.
*Jesús F. Briceño es periodista

Artículo publicado por Jesús F. Briceño en el diario LA GACETA  (Madrid), el 4 de diciembre de 2011

El paro que no cesa

Se puede criticar a este Gobierno por muchas razones ideológicas, pero desde el punto de vista económico su principal lastre es su empecinamiento en no reconocer la verdad de los hechos y actuar en consecuencia. Desde enero, el Gobierno ha mantenido un cuadro de previsiones macroeconómicas absolutamente irrealizable. Todos los analistas y servicios de estudios de organismos internacionales y entidades financieras, salvo aquellos a sueldo del Gobierno, han mantenido la imposibilidad de su cumplimiento, especialmente en lo referido al crecimiento estimado del 1,3%.

Sobre esa base se construyeron unos Presupuestos Generales del Estado y se estimó una evolución del mercado de trabajo que daba alas a una ligera recuperación del empleo en el próximo trimestre. Por desgracia, la realidad da una vez más al traste con los cantos de sirena de este gabinete agónico y nos enfrentamos a un semestre de fuerte destrucción de empleo.

El ministro de Trabajo, en un alarde de transparencia informativa o con una estrategia para desactivar la carga negativa de la noticia, ya ha anunciado que agosto ha sido un mes en el que se ha destruido empleo, pero es que las previsiones no son nada halagüeñas. Salvo en el año 2007, en el que todavía se creó empleo en septiembre, los años posteriores han ido de mal en peor y no hay ningún dato objetivo para presumir que este año vaya a ser diferente, sino todo lo contrario.

Con una previsión de crecimiento del 1,3% del PIB, el Gobierno estimaba para fin de año que el paro habría tocado fondo en el umbral de los cinco millones, pero ahora que al final se ha caído del guindo y reconoce la imposibilidad de conseguir ese objetivo, el panorama del empleo es aún más desolador. Si a esto añadimos que en la reforma de la Constitución para garantizar la estabilidad presupuestaria se da prioridad al pago de los compromisos adquiridos por la deuda, se vislumbra un negro panorama de prestaciones y subsidios públicos para los nuevos y viejos parados.

Artículo publicado por Jesús F. Briceño en el diario LA GACETA (Madrid), el 1 de septiembre de 2011

http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/opinion/opinion/paro-que-no-cesa-20110901

Amarga agonía

España es un gran país y siete años de zapaterismo no pueden llevárselo por delante. Hemos conocido periodos de subdesarrollo y de pobreza y, sin embargo, alcanzamos el siglo XXI como una de las economías más pujantes del planeta. Es cierto que carecemos de política industrial  y el ministro del ramo pasará a la historia por cuestiones anecdóticas como las bombillas o las corbatas, pero generamos al año un billón de euros en PIB, tenemos algunos de los bancos más importantes del mundo, la primera compañía de telecomunicaciones -exceptuando las chinas- y empresas punteras en energía y construcción. España es algo más que siete años de Zapatero que, cuando se vean con perspectiva histórica, no ocuparán más de un borrón en la Wikipedia.

Zapatero no es el primer dirigente ruinoso de nuestra historia. Hemos sufrido reyes y validos irresponsables, un siglo XIX plagado de guerras fratricidas y golpes de estado y un siglo XX marcado por el drama de la Guerra Civil. Aún así España es una nación próspera con un envidiable estado del bienestar, fruto del esfuerzo de sucesivas generaciones. Hemos pagado intereses más altos que los hoy nos exigen los mercados y hemos estado al margen de las organizaciones internacionales. A pesar de todo aquí estamos, con cinco millones de parados, pero con la menor conflictividad social de la transición y con los hoteles llenos de turistas extranjeros.

La pesadilla tiene los días contados a pesar de esta lenta y amarga agonía, que nos la podía haber ahorrado el inquilino de la Moncloa. Amparándose en la legalidad institucional no habrá elecciones hasta el 20-N, para dar gusto a un caprichoso de ideas cortas y mano larga. Qué importa España a quien tiene una vaga noción de la patria y el Estado. Los mercados le tienen cogida la medida a Zapatero por su escasa credibilidad. Si nos pueden esquilmar lo harán porque el buenismo es un cuento chino. Lo malo es que la deuda la heredan los que vengan detrás. Después de mí, el diluvio.

Artículo publicado por Jesús F. Briceño en el diario LA GACETA (Madrid), el 4 de agosto de 2011

Vino nuevo en odres nuevos

El artículo 37 de la Constitución del 78 dice que la ley garantizará el derecho a la negociación colectiva laboral entre los representantes de los trabajadores y empresarios, así como la fuerza vinculante de los convenios. Sólo año y medio después, en marzo de 1980, entró en vigor el Estatuto de los Trabajadores que dedica su Título III a la negociación de los convenios colectivos. Con algunos lavados de cara, ese texto sigue vigente a la hora de organizar las relaciones entre capital y trabajo. Y nada tiene que ver el momento actual de producción de bienes y servicios con la década de los ochenta del siglo pasado. Basta comparar cualquier ranking empresarial para comprobar cómo ha cambiado España y el mundo. Sin ir más lejos, en esas fechas todavía no se atisba la revolución tecnológica de la sociedad de la información y la comunicación ni Internet.

El espíritu del Estatuto de los Trabajadores nada tiene que ver con la productividad, la rentabilidad o la innovación. Surgió con tres premisas: devolver a los trabajadores los derechos sindicales; otorgar a los sindicatos un papel preeminente y ser dique y cauce ante la conflictividad. Cumplido este papel, y tras la crisis, las relaciones laborales van por otros derroteros.

La reforma laboral pactada por la ejecutiva de la CEOE de Díaz Ferrán ha sido un fracaso y la actual sobre negociación colectiva con Rosell ha visto en las pasadas elecciones el signo de que todo pacto firmado bajo el paraguas de Zapatero es papel mojado. De ahí su órdago a través de CEIM para cambiar una decena de artículos del Estatuto de los Trabajadores, lo que equivale a una enmienda a la totalidad. En definitiva, de nada sirve un apaño para cubrir el expediente. Se trata de echar vino nuevo en odres nuevos antes de que las condiciones de trabajo nos las impongan desde Berlín.

Artículo publicado por Jesús F. Briceño en el diario LA GACETA (Madrid), el 2 de junio de 20011

La sartén por el mango

La proximidad de las elecciones tiene la virtud de poner a cada uno en su sitio, así que Toxo y Méndez han vuelto a La Moncloa tras su excursión por la izquierda radical. Luego, a la salida, han torcido un poco el gesto de cara a la galería para explicar que el acuerdo sobre la negociación colectiva, en donde ellos son parte interesada, se aplaza una vez más.

Valeriano Gómez aclaró el desarrollo de la reunión, rechazando que los líderes sindicales le hubieran leído la cartilla al Gobierno. El Título III del Estatuto de los Trabajadores, que está en cuestión, no es un asunto complejísimo de alta diplomacia internacional; son 10 artículos, del 82 a 92, en donde los sindicatos tienen la sartén por el mango y sobre los que la patronal ha hecho la vista gorda.

También hay que tener en cuenta que ayer fue uno de esos días en los que seguimos la actualidad en España con un ojo puesto en lo que ocurría en el país vecino. Portugal ha sido pionero en muchas cosas, empezando por su Revolución de los claveles, prólogo de nuestra transición política, y compañero de viaje por Europa.

La intervención planea como una espada de Damocles sobre el débil Gobierno socialista de José Sócrates y podría decidirse en horas o días. Esta medida llevaría aparejada la convocatoria de elecciones generales de forma anticipada. Para Zapatero sería un grave revés, ya que supondría la constatación de la ineptitud de todos los Gobiernos socialistas de Europa para hacer frente a la crisis económica, y el suyo es ya el siguiente en la lista.

Por desgracia para los españoles y por suerte para ZP, los trágicos acontecimientos acaecidos en Japón y Libia han retirado del objetivo público nuestros problemas internos. El Pacto del Euro, que implica importantes sacrificios para nuestra economía, ha sido devorado por el debate del “Sí a la guerra” y la única medida que ha concitado el consenso de nuestros políticos es que el paro se cobre en la primera semana de cada mes. Triste balance.

Artículo publicado en el diario LA GACETA (Madrid), el 24 de marzo de 2011

http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/opinion/sarten-mango-20110324

Nueve propuestas de los economistas de Fedea para la reforma de la negociación colectiva en España

Como en crisis anteriores, el mercado de trabajo español ha experimentado durante esta recesión una enorme destrucción de empleo, por una parte, y una escasa moderación de costes y precios con mínimas reducciones de la jornada laboral, por otra. Se trata de un patrón de ajuste muy diferente al de otros países de nuestro entorno, donde el impacto de las crisis sobre la tasa de paro ha sido mucho menor.

La salida de la crisis requiere una profunda reasignación sectorial del empleo y un aumento sustancial de la flexibilidad interna de las empresas. Ambos requisitos resultan inviables con la estructura y los contenidos actuales de la negociación colectiva, que imponen límites muy restrictivos a la flexibilidad salarial y a la reorganización interna. Estas características generan una alta persistencia de la inflación, pérdidas de competitividad, un bajo crecimiento de la productividad y una excesiva volatilidad del empleo.

Los salarios y las demás condiciones de trabajo afectan directamente al bienestar de las personas, pero también desempeñan otras funciones, como son mitigar el impacto de las situaciones económicas negativas sobre el empleo, remunerar la productividad de los trabajadores e incentivar la formación y la orientación de los trabajadores hacia las ocupaciones más productivas. Nuestro actual sistema de negociación colectiva no facilita estos objetivos.

Esta situación se debe en parte a la regulación de la negociación colectiva contenida en la Ley del Estatuto de los Trabajadores (ET) de 1980, que tuvo la virtud de favorecer la implantación de un sistema de negociación con un alto nivel de cobertura y de autonomía negociadora y escasa conflictividad. No obstante, con el paso del tiempo, ha venido creando grandes distorsiones, especialmente negativas en un nuevo contexto caracterizado por una creciente integración económica internacional y grandes cambios tecnológicos. Aunque ha habido intentos de dotar al sistema de negociación colectiva de un mayor contenido (reforma de 1994), de racionalizar su estructura (Acuerdo Interconfederal sobre Negociación Colectiva de 1997) y de cambiar su regulación (propuesta fallida de reforma de 2002), sus rasgos básicos apenas han variado en los últimos 30 años. La experiencia demuestra que la estructura y los contenidos de la negociación colectiva en España no cambiarán significativamente si no cambia su regulación.

La reforma laboral de septiembre de 2010 ha dado un primer paso en la dirección adecuada al permitir, mediante acuerdo del empresario y los trabajadores, la no aplicación de las condiciones laborales establecidas en convenios colectivos de ámbito superior en las empresas con problemas de viabilidad. Sin embargo, es un avance insuficiente en términos de la flexibilidad interna requerida por las empresas en el contexto económico actual.

Ahora resulta imprescindible dar pasos adicionales para completar la reforma. Así se pone de manifiesto en el Acuerdo Social y Económico del 2 de febrero de 2011, en que los interlocutores sociales se comprometen a culminarla por la vía del diálogo antes del 19 de marzo de 2011. Compartiendo el diagnóstico de los problemas del sistema de negociación colectiva enunciado en dicho acuerdo, pensamos que la reforma debería ser amplia y ambiciosa, articulándose alrededor de los cinco objetivos siguientes, con las modificaciones legales e institucionales que se apuntan.

Según Blanco, el PP, está instalado en la demagogia más absoluta

El ministro de Fomento, José Blanco, señaló hoy en el Fórum Europa que «sería deseable un acuerdo sobre pensiones con el PP», aunque admitió que «es difícil, porque está instalado en la demagogia más absoluta». Ve difícil un acuerdo sobre pensiones con el PP, «porque está instalado en la demagogia más absoluta»

Durante su intervención en el acto, organizado en Madrid por Nueva Economía Fórum, Blanco explicó que, al igual que con el mercado de trabajo, el PP pide reformas pero no explica cómo deben hacerse.

“Es difícil poder llegar a acuerdos cuando uno se instala permanentemente en el objetivo de que haya elecciones cuanto antes y cuando el único que tiene prisa es Rajoy, que teme perder el tren de la crisis y que se esfumen sus posibilidades de llegar a La Moncloa”, añadió.

Sobre las negociaciones con los sindicatos y los empresarios, José Blanco destacó que “un acuerdo sería muy positivo para la credibilidad, la confianza y la solvencia de España”.

A este respecto, el titular de Fomento afirmó que “el acuerdo de 1985 fue muy positivo, ya que garantizó la sostenibilidad del sistema durante 40 años, y un acuerdo ahora lo haría para los próximos”.

“Hacemos un esfuerzo todos los días y todas las noches para poder sustanciar un acuerdo sobre pensiones, negociación colectiva y políticas activas de empleo”, apostilló el ministro.

Por su parte, el presidente de la patronal madrileña CEIM, Arturo Fernández, presente también en el Fórum Europa, indicó que “las negociaciones van en buen camino” y aseguró que confía en un acuerdo “antes del viernes”.

(Nueva Economía Fórum)

Intereconomía TV entrega a Cáritas los 720.000 euros recaudados en el Telemaratón contra el paro

Intereconomía TV hizo ayer entrega de un cheque de 720.000 euros al presidente de Cáritas Española, Rafael del Río, con el fin de paliar los efectos del paro en tantas personas y familias, en el programa ‘El Gato al Agua’. Se trata del importe de la cantidad recaudada en el Telamaratón ‘Muévete contra el paro’, celebrado el fin de semana del 18 y 19 de diciembre de 2010 en Intereconomía TV.

Fueron veinticuatro horas de televisión en directo en solidaridad con los parados, en las que participaron numerosos invitados y profesionales de la cadena que dirige Marcial Cuquerella. La entrega de la cantidad recaudada se efectuó ayer por Xavier Horcajo, director general editorial del Grupo Intereconomía, en presencia de Antonio Jiménez, director de ‘El Gato al Agua’, líder de los programas de debate y análisis político en el prime time de la televisión en España.

Como se recordará, Intereconomía donó ya a Cáritas el beneficio de las ventas del diario LA GACETA, que dirige Carlos Dávila, del día 19 de enero del pasado año, con el fin de ayudar a los afectados por la tragedia del terremoto que ha convulsionado Haití. En esa ocasión fueron 24.446 euros. La corporación Bermont, impresora de LA GACETA, tomó la decisión también de donar a Cáritas el importe del beneficio de la impresión del diario de Intereconomía ese día. Cáritas es una institución de la Iglesia Católica dedicada a la acción social, que atiende entre otros objetivos a las familias afectadas por el drama del paro. Integrada en Cáritas Internacional, está presente en 198 países y territorios.

Entre el 18 y el 19 de diciembre, numerosos invitados, sorteos y actuaciones musicales amenizaron el Telemaratón de 24 horas, mientras rostros conocidos de Intereconomía TV animaban a los espectadores a poner su granito de arena, en tramos de dos horas. Entre los artistas participaron Pignoise, Vértice, Nati Mistral, coros como la Escolanía del Valle de los Caídos, etc. Junto a la importante aportación de empresas como Indra o la Fundación La Caixa, se produjeron no pocos ofrecimientos directos de empleo, y también ayudas en especie de diversos empresarios y entidades, como la del restaurador Pedro Larumbe.

Las anécdotas más emocionantes fueron quizá las que contaron periodistas situados en el call center de San Sebastián de los Reyes, donde se recibían las llamadas. Desde allí se pudo escuchar cómo numerosos pensionistas y gente de muy escasos recursos, con ingresos mensuales inferiores a quinientos euros, donaba generosamente cantidades hasta de 50 euros. La solidaridad llegaba hasta extremos de una señora de Ávila que ofrecía dos habitaciones de su casa para familias desahuciadas.

En las fotografías, de dcha. a izqda., Xavier Horcajo, Rafael del Río y Antonio Jiménez.
Foto: Borja Sánchez Trillo.